El trabajador fue golpeado y maniatado de pie y manos con alambre, a pesar de eso pudo escapar en pleno robo y narró toda su odisea.
Cuatro delincuentes, amenazaron con un arma, golpearon y ataron a un Vigilador de 53 años en la obra en construcción de una estación de servicio, a la vera de la ruta Nacional 3 a altura de la localidad de Viedma provincia de Río Negro.
El Trabajador habló en primera persona y contó todo lo sucedido a medio locales .
Guillermo explicó: «Ingresaron a las 9:30 de la noche. Entraron como si fueran conocidos, conversando y yo estaba en mi garita. Me golpearon la puerta, luego me encañonaron y me apuntaron. Me apuraron, me dijeron que me quede tranquilo y que no me moleste. Me pidieron que les entregue todas las llaves y todo lo que tenía en la mano. Me golpearon y me ataron las dos manos, la boca y los pies».
Asimismo, detalló que una vez atado «empezaron con sus funciones, rompieron las cerraduras y sacaron cosas de su interés. El que me cuidaba veía los movimientos de ellos, mientras que yo estaba buscando cómo escapar. Me encontré con que el alambre de las manos se calentaba y no se cortaba, pero en los pies vi que se aflojaba y ahí tuve mi ventaja. Esperé que se me salga un botín, saqué un pie y cuando se fue el que me estaba cuidando me arrastré y me levanté hasta llegar a la YPF de enfrente. Ahí me auxiliaron».
Agregó en igual tónica: «Ellos no me vieron cuando me escapé porque estaban en su trabajo, con sus tareas. Tenían varias máquinas, rompieron el obrador y ya tenían todo afuera. Eso fue lo único que vi cuando estaba escapando. Se sentía conversaciones y autos, eran unos cuantos».
«Todas eran personas jóvenes de unos 20 años, esos eran cuatro, pero afuera habían más. No les vi los rostros porque todos estaban encapuchados ni tampoco alcancé a ver qué vehículo tenían. Yo intenté escapar al frente porque sabía que ahí tienen seguridad», amplió.
«Me pegaron en el cuerpo, tengo golpes en la espalda y tengo molestias en todo el cuerpo. Fue un ataque de cuatro contra uno. Ellos ya sabían lo que iban a hacer, sabían en donde estaban las cosas y rompieron todos los candados», sostuvo.
Consultado sobre si temió que le efectuaran un tiro, reveló una arriesgada frase y su estrategia al respecto. Precisó: «Yo les dije ‘Dispárenme, no sean cobardes’, porque si disparaban estaban los camioneros y se iba a sentir. Por eso, cuando no me podían atar ni las manos ni la boca estaban mirando los movimientos que había afuera, con la gomería Mapuche y los playeros de la estación de servicio, quienes me ayudaron a cortar los alambres».
En otro orden de cosas, Guillermo solicitó más refuerzo policial, ya que todos los Vigiladores de la zona están desarmados y los malhechores están dispuestos a todo. «Hay tres empresas trabajando en el lugar, antes pasaban los patrulleros pero en este último momento dejaron de pasar. Una empresa fue asaltada dos veces, por lo que andaban seguido, pero después se cortó», comentó.
Dejar una contestacion