Una situación extraña sucede en la puerta de un edificio situado en Belgrano. Al rato, llega la policía. Dos ladrones fueron detenidos. ¿Pero quién avisó? ¿Fue un vecino? ¿Fue un encargado de seguridad? En este juego de misterios, quien en realidad dio aviso fue un agente digital ubicado detrás de una pantalla de 1,75 metros de alto que desde una central observa los movimientos de unos cuantos edificios. El sistema, llamado Ojo de Halcón monitorea en tiempo real cada movimiento de la entrada del edificio, sin necesidad de que haya una persona fija en el lugar. El crecimiento de la contratación de este tipo de sistema, producto del aumento de los vigiladores privados y su impacto en las expensas provoca el fenómeno de que se viva un boom de los «vigiladores online». Se trata de un sistema de cámara a la distancia con alguien que está mirando todo el tiempo y activa los mecanismos necesarios en caso de necesidad.
«La gente está dejando de contratar a una persona para vigilar y los reemplaza por otros sistemas electrónicos que son más económicos. Hoy, un sistema de vigilancia de hora hombre tiene un costo de entre $50.000 y $60.000 para un servicio de vigilancia nocturno, mientras que este tipo de servicio cuesta la mitad», explica Daniel Tocco, Presidente de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal aunque aclara que «cualquier sistema de vigilancia de este estilo tiene una diferencia sustancial con el hombre presente que sigue siendo el más fuerte».
«La vigilancia es algo que la gente valora al momento de comprar un departamento o alquilar. Muchos quieren tener vigiladores las 24 horas pero eso afecta a las expensas. Entonces, cada vez más edificios cuentan con el Ojo de Halcón, cámaras de seguridad y puertas blindadas», coincide Francisco Altgelt, director de la inmobiliaria homónima. De hecho, las expensas sufrieron este año incrementos de un 37 por ciento, incluso por encima de la inflación acumulada. Si bien cada edificio tiene su composición, los sueldos del personal y los aumentos de los servicios fueron los que hicieron que se eleve este pago. Esto llevó a que muchos edificios que contaban con seguridad, redujeran las horas del personal o bien directamente las reemplazaran por nuevos métodos. Palermo, Belgrano, Recoleta y Caballito son los barrios que registran mayor demanda de sistemas de vigilancia online, de acuerdo a los datos proporcionados por Prosegur. Según las estadísticas, el sistema ya frenó varios robos y situaciones extrañas: en el primer semestre del año, el 70 por ciento de las interacciones efectuadas correspondió a evitar un hecho delictivo, mientras que el restante 30 por ciento fueron falsas alarmas. Además, a través de las imágenes de sus cámaras se colaboró con investigaciones policiales que permitieron resolver casos de secuestros virtuales.
A la hora de elegir dónde vivir, los compradores priorizan los siguientes pilares: precio, ubicación y seguridad. Es por eso que hoy, muchos inmuebles deben reinventarse para convertirse en sitios seguros. Hoy se le presta especial atención a la iluminación de los hogares, los portones son automáticos, y las puertas y las ventanas más resistentes. «Uno de los grandes cambios, que también hace a la seguridad, es el de la accesibilidad. Existen proyectos donde se están construyendo rampas para que cada uno pueda llegar a su departamento en bicicleta, evitando tener que dejarla en otro lado», relata el arquitecto Mario Goldman, responsable del Área de Desarrollo Inmobiliario del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU).
De la mano de la tecnología, la gente se aggiorna cada vez más en sus hogares. La instalación de sensores en la vivienda permite enviar un aviso al celular en caso de detectar movimientos, ruidos, o incluso fuego, inundaciones o roturas de vidrios. Los televisores se programan para que se enciendan todos los días a determinada hora, lo mismo con las luces. Muchas veces estas funcionalidades se utilizan para simular la presencia de una persona. De todas maneras, el sistema de domótica más taquillero es por ahora el de las cámaras de vigilancia a través de las cuales se pueden controlar los ambientes del hogar directamente desde el celular. Por otra parte, los propietarios buscan métodos económicos y fáciles de instalar. Así, las últimas tendencias apuntan por ejemplo, a las cerraduras electrónicas que se convirtieron en una herramienta prácticamente infaltable. «Con las cerraduras de contacto la gente se siente más segura, llega apoya la llave y entra. Además, estos sistemas individualizan los ingresos. Es decir, queda el registro. Una gran ventaja de este sistema es que ante el caso de que algún vecino pierda la llave, se da de baja la ficha y no hay que cambiar el resto», explica Tocco.
Más allá de las diferentes alternativas de contratación, hay algunas recomendaciones que bajan el riesgo de vivir situaciones de inseguridad. «En las viviendas tipo chalet, lo recomendable es primero proteger el perímetro con detectores para exteriores que protegen puertas y ventanas, formando barreras que pondrán en acción el sistema de alarma en caso de intrusión. Esto se puede complementar con detectores de rotura de cristales. En el interior, la instalación de movimiento en zonas de paso o de vulnerabilidad es una buena decisión. En cuanto a los accesos de la vivienda, comprobar que no existen puntos que faciliten el ingreso fácil a la misma, instalar rejas en las ventanas, verificar que no resulte posible acceder a los pisos superiores a través de balcones, árboles cercanos y/o la vivienda contigua», finaliza Carla Egitto, Gerente de Marketing de Prosegur Alarmas.