Vigiladores del norte de nuestro país, además de mantener las garitas en condiciones y de tener agua potable disponible, exigen una muda de ropa adaptada a las altas temperaturas a los que están sometidos.
Las altas temperaturas han puesto sobre la mesa la necesidad de adaptar los uniformes laborales al clima de cada región.
Es común ver trabajadores de Seguridad Privada con vestimenta de invierno, con borcegos o prendas oscuras en pleno verano. Por eso, el reclamo por la adaptación climática de las vestimentas en el Convenio Colectivo de Trabajo tiene que ser una realidad.
Los pedidos no solo se extienden a las condiciones de las garitas y en la necesidad de agua potable a disposición todo el tiempo, también se plantea la necesidad de uniformes acorde al clima.
La indumentaria es la misma para el todo el año, siendo que no transitamos las mismas temperaturas en invierno que en verano, adaptar el tipo de telas para cada estación podría ser un abanase significativo, al igual que el calzado. «No pretendemos andar de pantalones cortos», «con solo remplazar las prendas con telas de nailon, por prendas con telas de algodón, hace que la prendas sea más fresca por el tipo de tejidos» proponen los Vigiladores.
«Las empresas buscan comprar indumentaria para que dure todo el año y por muchos años, la ropa con telas de nailon suelen ser mucho más resistentes y conservan más los colores, pero no deja circular aire por dentro generando un efecto invernadero el cual en muchos casas superan los 45 grados de temperatura por dentro de la ropa, generando deshidratación por el ato nivel de transpiración.
Plantear este tipo de problemática es una necesidad de suma urgencia para los Vigiladores que tienen estar expuesto a altas temperaturas, por hora y horas.
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