Personas con síndrome de de Down trabajan como Vigiladores en el Sanatorio Allende, Resaltan entre sus compañeros por su compromiso y el desempeños.
La emotiva historia de superación y oportunidad, fue contada por el prestigioso escritor Matías Calderón
Alguien se iba a imaginar hace dos años que los hospitales iban a pasar a ser el foco principal de todas las noticias? Nadie. Tampoco Daniel y Federico, cuando el grupo Consultores de Empresas les planteó como desafío trabajar en el Sanatorio Allende. Hoy están en la primera línea de acción y son un ejemplo de que el trabajo inclusivo no es una utopía.
Pero la historia comenzó en 2019, cuando la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) puso en marcha proyectos de inclusión laboral en todo el país, con la participación de empresas. Muchas fueron superando etapas. Pero pocos proyectos se concretaron.
En Córdoba, Dani y Fede son protagonistas de una historia que cumplió dos años. Se inició unos meses antes del impacto que significó el Covid-19, pero no se detuvo. Se trata de la ansiada oportunidad laboral para quienes habitualmente no la tienen.
Los dos jóvenes trabajadores son personas con discapacidades, con síndrome de Down. Ambos están cumpliendo sus dos años de permanencia en el sector de ingreso de una de las más reconocidas organizaciones de salud en la ciudad de Córdoba, en sus sedes de Nueva Córdoba y del Cerro de las Rosas.
Quien llega al sanatorio se encuentra con estos vigiladores. Ellos, atentos y de pie, toman la temperatura, dan indicaciones y habilitan el paso. Y siempre con una sonrisa y “buena onda”, según cuentan sus compañeros.
“Daniel recibe a la gente y les da los buenos días. Después les explica qué tienen que hacer y hasta se ofrece a acompañarlos por los pasillos. Tiene un vínculo tan especial con los visitantes, que todo el mundo le agarra cariño”, describieron en el entorno del sanatorio.
Pero más allá de la notable buena voluntad y de la alegría que demuestra cada uno, lo que subrayan sus colegas fue la capacidad operativa de ambos.
“Son impecables. Su trabajo se cumple a la perfección y están todo el tiempo buscando mejorar cada uno de los detalles. Tienen supervisores, como todos los colaboradores del sanatorio, pero sólo se escucha sobre ellos palabras de reconocimiento”, aseguraron en el Allende del Cerro.
La división Óptima Seguridad, del Grupo Consultores de Empresa, coordina las tareas para estas posiciones. Desde el comienzo de la experiencia, se mantienen los mismos estándares de operación y resultados para ese puesto que para el resto de sus compañeros, aclararon. Y señalaron que las conclusiones demuestran un afianzamiento en la labor, integración en concordancia con las aptitudes, compromiso y responsabilidad en el trabajo asignado.
“Ellos desarrollan su actividad con gran responsabilidad, pero fundamentalmente se entienden como parte de un equipo y son uno más. Por supuesto que la predisposición de sus compañeros, supervisores y miembros del Sanatorio Allende también fue clave y les estamos muy agradecidos por sostener este proceso que anhelamos se replique en más empresas”, sostuvo el director del Grupo Consultores de Empresas, Jeremías González Ferioli.
Desde el sanatorio, reconocen que al comienzo la experiencia se presentó como un desafío. “Pero ha generado una revolución. El personal los ama. Es algo que nos llena de amor y de orgullo”, contó un colaborador.
En el Allende consideran que la primera etapa ya fue superada. “Mirando puertas adentro, el cambio ha sido significativo. Y los aportes que ambos nos hicieron son incontables”, remarcaron.
El director ejecutivo del Sanatorio Allende, Tomás Allende, hizo un llamado a la reflexión: “Nosotros fuimos los que aprendimos”, apuntó.
“Sería beneficioso que otras personas o empresas se animen a hacerlo. Cuando empezamos imaginamos una cosa, pero terminó siendo algo muy superador. Creímos que era bueno realizar esta acción en el marco de la responsabilidad social empresaria. Pensábamos que les íbamos a hacer un bien a ellos y a sus familias. Y nos hizo tanto bien a nosotros”, evaluó Allende.
Además, destacó que la incorporación generó un enorme beneficio en cuanto al clima laboral. “Creció la buena onda porque son dos chicos divinos. Esto empoderó al resto, porque da gusto pertenecer a una empresa cuando las experiencias son satisfactorias”, relató Allende. “Por estos días, Federico está con carpeta médica y lo extrañamos”, agregó.
El Grupo Consultores de Empresas hace tres años logró el sello de Gestión Inclusiva que otorga la Andis. Desde la firma explican que esperan que más empresas se sumen a estos procesos. Si bien muchas propuestas se han presentado, la pandemia también jugó una mala pasada y corrió el foco.
“La compañía espera que, con el avance de la lucha contra el Covid-19, se puedan abrir nuevas puertas laborales genuinas para quienes tanto tienen por dar en espacios que puedan desarrollarse”, expresaron.
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