En un inquietante episodio, la seguridad del presidente electo Javier Milei se vio comprometida cuando estuvo a punto de sufrir un serio incidente con un botellazo durante su primera exposición como mandatario.
El hecho ocurrió mientras se trasladaba en un descapotable desde el Congreso hacia la Casa Rosada, marcando un tramo crucial de su recorrido por la Avenida Rivadavia al 1600, justo cuando se aproximaba a Rodríguez Peña.
Durante este recorrido, una persona identificada como Gastón Mercanzini, ex funcionario municipal de Entre Ríos, arrojó una botella de vidrio en dirección al presidente. Por escasos centímetros, el proyectil no impactó en la cabeza de Milei, alcanzando en cambio a uno de sus agentes de seguridad, quien resultó gravemente lesionado.
El atacante fue arrestado en relación con el incidente, pero de manera sorprendente, fue liberado poco después de su detención, generando interrogantes sobre las circunstancias de su liberación y las decisiones judiciales asociadas.
Este episodio destaca la necesidad de reevaluar y reforzar las medidas de seguridad en torno al presidente. Se tendría que haber previsto un cordón perimetral seguro, especialmente teniendo en cuenta el papel crucial que desempeñan las fuerzas de seguridad para garantizar la integridad de las figuras políticas. Más allá de los desvíos del protocolo por parte del mandatario, son factores que se deben tener en cuenta a la hora de custodiar una figura tan importante.
Las autoridades continúan investigando este incidente para esclarecer los hechos y garantizar la seguridad en futuros desplazamientos del presidente electo.
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