El reciente anuncio de las nuevas escalas salariales para los Vigiladores, que superan el millón de pesos en las capitales urbanas, ha generado un fuerte descontento entre los Vigiladores de diversas provincias del interior del país. Miles de trabajadores denuncian que, en muchos casos, sus salarios no alcanzan ni la mitad de lo prometido en los anuncios oficiales.
Los Vigiladores provinciales aseguran que, para ellos, los aumentos no existen, creando una percepción de que hay Vigiladores de primera y de segunda categoría. En provincias como Salta, Catamarca, Santiago del Estero, Misiones, Formosa, y San Juan, empresas como El Vigía (ex Servimar), Erco, Global Security, y Saurio no respetan los nuevos acuerdos firmados, incluso aquellos respaldados por su propia cámara empresarial. También es el caso de Alvosa en la provincia de Mendoza.
A pesar del gran esfuerzo de algunas instituciones gremiales, la complicidad empresarial va de la mano con los organismos que deberían dedicarse a controlar estas situaciones, haciendo que la lucha contra estos poderes políticos y empresariales sea extremadamente difícil.
Este descontento resalta la necesidad de una mayor transparencia y equidad en la implementación de los acuerdos salariales en todo el país. Los vigiladores del interior exigen que sus derechos sean respetados y que se les otorguen las mismas condiciones salariales que a sus colegas en las capitales urbanas.
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